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💖 Marea roja - Cristina, 19 años 💖



Mi intensión no es enseñar sexualidad como lo hacen hoy en las escuelas, pero para muchas mujeres sigue siendo un tema del que les da pena hablar, algunos hombres creen que eso es tema solo de mujeres, otros lo toman como algo totalmente normal y algunos más como un tema incluso repulsivo.

El período de una mujer no solamente se trata de hormonas, cambios de humor y sangrado. No sé si a todas les pase lo mismo, pero en mi caso fue toda una experiencia el sexo en el periodo, y no es que busque hacerlo solamente durante la regla, más bien no es para mi un obstáculo para seguir disfrutando aún en esos días. Hombres, si aún no lo saben nuestros cambios de humor también traen cosas positivas, a muchas de nosotras nos viene un deseo muy grande de tener sexo e incluso disfrutamos con más facilidad el acto.

Recuerdo que la primera vez que tuve relaciones en mi periodo  fue con mi segundo novio. Siempre había tratado de ser lo más cuidadosa posible pues es algo muy íntimo de una mujer pero también algo que debe ser tratado con un poco más de higiene y por lo tanto no quería que me novio quisiera tener relaciones cuando yo estuviera en mis días. De hecho cuando estaba en la regla trataba de no salir con él o no tardar para que no pase nada más. El único problema es que no soy muy regular en mi periodo menstrual, por lo que a veces llegaba a ser complicado estar segura de cuando podía gozar. 

Fue hasta una vez que yo estaba de viaje con la familia y pase casi 3 semanas sin ver a mi novio, así que quedamos en vernos al día siguiente de mi llegada para desquitar todo lo que no nos habíamos visto. Y así fue, pasó por mi, fuimos al cine y caminar un rato. Entre la función y la caminata varias veces nos dimos besos muy apasionados, él me preguntó si quería ir a hacerlo y por supuesto respondí que si. 

Al llegar al motel fuimos muy rápido, nos desvestimos el uno al otro como si tuviéramos poco tiempo para hacerlo. Comenzó por quitarme mis jeans dejando solamente mi calzoncito rojo con cintas que me había puesto para él. En respuesta yo le quité la playera y me seguí de inmediato con el cinturón y sus pantalones. Me puse de rodillas frente a el y después de quitarle también el boxer empecé a hacer sexo oral que parecía disfrutaba mucho por la forma en la que me miraba. Estuve haciéndolo por un buen rato, chupaba todo su pene entero y lo metía por completo en mi boca, lamía cada rincon de si parte, incluso sus bolas que sentía cómo se movian cada vez que pasaba mi lengua por ellas. Me esforcé para lograr exitarlo lo más que pudiera y tuviera una erección tan firme para darme el placer que yo necesitaba. 

Yo realmente me sentía sumamente exitada. Él no lo notó, pero mientras le hacía ese oral yo metía mi mano en mi pantaleta mientras me tocaba. Hasta ese momento no sentí nada raro en mí, solamente un deseo muy grande de tener un orgasmo y al fin ser penetrada.

Cuando al fin sentí que su miembro estaba listo y muy duro decidí montarme en él. Estaba a punto de quitar mi panti cuando me dijo - No, así déjala, me gusta como se te ve. - Solo la hizo a un lado, frotó la cabeza de su pene en mi lubricada vagina y comenzó a metermelo. Sentí un placer mucho más fuerte de lo normal, mis gemidos eran incontrolables y mientras el entraba y salía yo presionaba su pecho. Conforme me penetraba el metía las manos debajo de mi blusa que por cierto no había quitado. Pudo sentir lo paradito de mis pezones por lo exitaba que ya estaba. Jugaba con sus dedos en mis pezones mientras yo frotaba mi clítoris y labios en él y sentía como se movia dentro de mi. En el momento que pellizco mis pezones fue cuando exploté, llegué al más rico orgasmo que había tenido, me moví más rápido para sentirlo más intenso, él empujo más al fondo una y otra vez. 

Mi cuerpo terminó temblando de tanto placer que cuando salió de mi me tire hacía atrás totalmente agotada. Vi que bajó su mirada a mi entrepierna, puso cara de asustado...

- Amor, ¿te lastimé? 

- No, bebé, ¿por? - le pregunté sacada de onda. 

- Amm... Estás sangrando. 

Inmediatamente revise y apenada le dije que no, yo me sentía bien, que no se preocupara pero que no me había dado cuenta que estaba en mis días. Mi periodo se había adelantado un par de días. Revisé su pene y también tenía manchas de sangre. Él se comportó como un caballero y me dijo que no me preocupara, que no había problema por él, que de hecho había sido un sexo muy rico. Después de eso nos fuimos a bañar para limpiar y no se quedara algún mal olor mancha y desde entonces el hecho de que yo este en mis días no es un obstáculo para seguir disfrutando. Mi novio entiende que es algo super normal y no tiene por qué avergonzarme ni a él darle asco. Eso me hizo sentir muy cómoda y en confianza, espero que eso exista en todas las parejas. 









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