Ir al contenido principal

💖 Cabaret - Valeria, 38 años 💖




No sé si la experiencia que había vivido está dentro de los parámetros de lo "normal". Y aunque tampoco es algo que se pueda olvidar en cuestión de días o incluso meses la verdad es que tampoco fue algo tan significante para mí. Simplemente me pareció una idea loca, nueva y que no tenía nada de malo por vivir. 

No hice cambios en mi vida. Creo que con la cruda moral cualquier otra chica hubiera cambiado de trabajo para no volver a ver al tipo, pero seguí trabajando en el mismo lugar, los mismos horarios y no me preocupaba si lo volvía a ver. En caso de que eso pase pues no importaba, lo que pasó pasó y la verdad es que me había tratado bien y algo que yo había aceptado hacer.

Fue casi como un año después de que me desnude frente a él que me mandó mensaje a mi WhatsApp. No recordaba que le había dado mi número y al inicio de la conversación no había reconocido quién era. Respondí los mensajes un poco sorprendida, ya había pasado un buen rato y desde el primer momento que supe quién era sospeche que era me buscaba para vernos de nuevo. Platicamos un rato, me preguntó si me arrepentía de lo que habíamos hecho y le respondí que no. Después preguntó tal cual lo esperaba que si accedía a volvernos a ver y respondí que no, que solo lo había hecho por probar el momento y ya. Insistió y dijo que sería casi el mismo plan, que no era su intención tocarme o tener sexo sino solamente verme. Me llamó la atención que dijera que es casi el mismo plan...

- ¿Casi el mismo plan?, ¿Que otra cosa quieres?

- No es nada malo, solo me gustaría que te pongas un par de prendas que compré para ti...

- ¿Qué prendas?

- Solamente es una blusita como tipo corsé con su tanguita, medias y un liguero... ¿Qué dices?

- ¿Y por qué esas prendas? 

La verdad no era mi plan aceptar, solo estaba de curiosa nuevamente. Era obvio que es un hombre de fetiches y quería saber la razón de su gusto por esas prendas en una mujer. 

- Bueno, como ya viste pues soy un hombre un poco mayor. Cuando era niño un señor me llevaba a trabajar de bolero en un salón tipo cabaret. Te estoy hablando que yo tenía unos 10 años y obviamente no podía pasar, mi trabajo era en la entrada. Muchas veces en las madrugadas veía pasar a mujeres vestidas con prendas similares y siempre se quedó esa imagen en mi cabeza. Claro que de niño pues te llama la atención pero de otro modo, ya con el tiempo me pareció atractivo de forma sexual...

- ¡Ja, ja! A mí se me hace más del tipo Moulin Rouge, ¿conoces?

- ¡Ándale, algo así! Entonces, ¿aceptas?

Su historia me pareció interesante y ese tipo de época siempre ma han gustado, aunque claro no se bailar ni nada de eso pero bueno, vamos a ver qué prendas tiene. Concretamos una cita, fue en el mismo lugar que la primera vez. 

- ¿Es todo lo que quieres?

- No, obviamente no. Las prendas son solamente para ver cómo te ves. La vez pasada me encantó verte desnuda pero me quedé con las ganas de ver algo más. 

- ¿Qué cosa?

- Me gustaría ver cómo te tocas.

- ¡No inventes cómo crees! Eso es algo super íntimo.

- Lo sé y por eso mismo me gustaría verlo para poder ser parte de esa misma intimidad. Te prometo que será como la vez pasada, como si yo no estuviera ahí.

- No lo sé, déjame pensarlo ¿va?

Obviamente dentro de todo iba un acuerdo monetario, no haría así nada más. Su oferta había sido muy tentadora.

Pasaron un par de días y me animé a responder que si lo haría, pero que solo sería eso y solamente sería un ratito. Él aceptó y durante el fin de semana quedamos en vernos.

Pasó por mi a la plaza donde le conoció aunque yo iba vestida normal, me saludó como si nada y me hizo un poco de plática mientras íbamos camino al hotel. Debo decir que no me sentía nerviosa, en verdad que me había tratado bien y no parecía haber señal de que está vez fuera diferente. Cuando llegamos al hotel y entramos a la habitación me entregó una bolsa de esas de papel que te dan en algunas tiendas cuando compras ropa o zapatos, me dijo ahí estaban las prendas y esperaba que me gustabaran.

- Si quieres a partir de este momento empieza todo, ¿ok? Tú cámbiate y yo me quedaré en el sofá viendo cuando salgas con la ropa puesta y me dejes verte. 

Entré al baño y comencé a vestirme. Cuando salí me di cuenta que había colocado el sofá en un rincón de la habitación y se escondía un poco pero supongo que podía ver bien. Comencé a hacer un recorrido lentamente por la habitación para que pudiera apreciar mejor los regalitos que me había dado y no todo fuera desde la cama. Pasaba incluso un poco cerca de él pero sin voltear a verlo, abría un poco las cortinas para disfrutar la vista ya que estábamos en un piso alto. Fumé un cigarrito porque ya empezaba a ponerme un poco nerviosa. Durante mis reccorridos me preparaba para quitarme las prendas. Desde la vez anterior recuerdo que me dijo que le habían gustado muchos mis pechos, así que decidí quitar la blusa primero. Jugué un poco con mis pechos e incluyo, los presionaba y los hacía rebotar un poco. Estoy segura que le gustaba porque noté que ya tenía una reacción muy marcada en su pantalón. 

Supongo que debe ser un poco cruel no dejarlo disfrutar un poco más y quedarse de ese modo con las ganas. Le dije que si quería podía tocarse. No dijo nada, solo comenzó a abrir el cierre de su pantalón y disfrutar un poco mejor. 

Seguí con mi ritual y continuaba mi recorrido y quitando mis prendas. Ahora sería el turno de mi tanguita y dejaría ver un pequeño detalle. Depile toda la parte frontal de mi vagina y al tener las piernas cerradas o caminar parecía que estaba totalmente depilada. Jugueteaba un poco sobre la cama, nada vueltas y todo cuánto se me ocurría para ser algo coqueta y sexy. 

Ya había pasado un rato y creí que era tiempo de llegar al clímax para ambos y terminar con esto. Me posé en un sillón al aire justo frente a él, pero sin cruzar miradas, yo seguía tratando de evitarlo para contener los nervios. Empecé a pasar mis manos sobre mi cuerpo par estimularme y poder prenderme ahora yo. Si no lo hago pues simplemente no lubrico como debería y no es del todo cómodo ni placentero. Abrí mis piernas y pudo ver ahora sí a detalle la parte que no estaba depilada de mi cosita. Por el mismo movimiento al abrir mis piernas también se abrieron los labios quedando expuestos y listos para ser explorados. Poco a poco iba llegando a la zona, pasando por mis piernas recorriendo con las uñas y punta de mis dedos. Comencé a estimularme suavemente. Con ayuda de mis dedos y movimientos de arriba a abajo expandía mis jugos por todo mi sexo y que todo estuviera mojadito. Una vez estando bien mojadita ahora hacia movimientos circulares y comenzaba a disfrutarlo. No podía olvidar por completo que él estaba ahí viéndome y tocándose, pero logré darle menos importancia. Mi respiración era cada vez un poco más agitada, más cuando por momentos metía un par de deditos para sentir algo diferente.

De pronto ví que él se estaba viniendo, me recosté y abrí más mis piernas para que se exite más y pudiera llegar a su clímax. Cuando lo logró fue muy rico verlo, mentiría si digo que no me prendió ver eso, ver a un hombre muy maduro llegando a ese punto. 

Por la pena y nervios me estaba aguantando las ganas de gemir, pero después de ver cómo lo disfrutó él fue muy difícil contenerme, en especial cuando también ya quería venirme. Cuando empecé a gemir ví que él se seguía tocando. No sabía si podría tener una venida más, pero creo que ambos estábamos disfrutando. No quería contenerme ya y aumente el ritmo con el que me estaba tocando, fue a la parte más sensible de mi intimidad y froté cada vez más rápido. Mi respiración estaba al mil, gemidos lograban huir de mi boca, mis piernas de fliexionaron aún más y abiertas a lo más que podía.... Hasta que al fin, pude venirme también, mi cosita no dejaba de palpitar, había logrado mojarme mucho y tardé un par de minutos en recuperar el aliento y el aire. 

Me pidió que me quedara desnuda y recostada en ese sillón. Quería seguir viéndome mientras platicábamos un poco más. No consiguió venirse por segunda vez pero estoy segura que lo disfrutó al máximo...

Esta experiencia pasó hace más de 15 años. A partir de ese día jamás volví a saber de él. Tiempo después cambié de trabajo, de número y de casa, pero fue por otros motivos, no por alejarme de él, simplemente ya no supe nada. Quizá hasta ya esté en mejor vida, espero que no, pero como dije ya era un hombre muy maduro.

Comentarios

También puedes leer...

💖 Nuevos sabores - Norma, 29 años 💖

Desde ya casi 3 años que estamos casados mi esposo y yo más 2 años de noviazgo y que nos conocemos. Realmente desde el principio de la relación la comunicación entre nosotros ha sido constante y siempre hemos sido sinceros el uno con el otro casi en todo. Digo casi en todo porque a veces pienso que él como hombre quizá guarde algunos temas para si mismo, y de ser así debo decir que también he guardado un tema en particular que no he tenido el atrevimiento de platicar con él, principalmente por pena y un poco de miedo. Considero que somos una pareja normal, tan común y corriente como cualquier otra con todo y sus problemas ocasionales, salimos a pasear, a hacer compras, él sale con sus amigos, yo con los míos, tenemos sexo algunas veces por semana para levantar el ánimo en un mal día o cerrar con broche de oro una gran jornada o por el simple hecho de desearlo, justo como hoy. Hace apenas unos minutos que terminamos de tener relaciones y ha sido tan rico y placentero como cada vez ...